viernes, julio 22, 2005

Ello habla



Dice Jacques Lacan. También dice "Donde ello habla, ello goza".
¿No se entiende lo que dice? Habría qué revisar lo que quiere decir "ello".
Claro, habría que tener cuidado de no chocarse contra paredes que no vemos, porque hay paredes que no vemos...
¿Qué hacer? ¿Cómo explicar? A través de parábolas para algunos, a través de curvas menos vuelteras para otros, a través del silencio para unos pocos, sin explicar para unos cuantos, o tratar de decir lo que se quiere decir comunicándose con la subjetividad del otro (de inconciente a inconciente -si uno aloja al huesped hostil, que es el inconciente, y no lo rechaza constantemente tal vez éste colabore con nosotros-, o también tratanto de entender la subjetividad del otro para alcanzar un punto en que el otro pueda comprender lo que queremos decir).

jueves, julio 21, 2005

Cada quien alcanza la verdad que es capaz de soportar



Así nos habla Friedrich Nieztsche.
Sucede que a veces creemos que sabemos todo sobre nosotros mismos. Suele pasar que cuando nos dicen algo sobre nosotros decimos "No, eso no es cierto" o "Yo no". Puede que el otro tenga razón, puede que no, el problema se presenta cuando no examinamos profundamente lo que dice el otro. "Cada quien alcanza la verdad que es capaz de soportar" viene a incluirse ahora en este discurso. A veces (sino siempre) lo que no sabemos de nosotros mismos es porque no lo queremos saber (no queremos soportarlo, hacernos cargo de eso). Es como cuando a un adicto (al alcohol, a la droga, al cigarrillo, a…) se le plantea algo en relación a su adicción, por ejemplo "Sos alcohólico, necesitás ayuda", la respuesta por lo general no se hará esperar: "yo no tengo problemas con la bebida, tomo cuando quiero, la controlo" o frases similares que ocultan la verdad del hecho (que es adicta al alcohol). Ahí se ve que la persona no quiere saber nada con su adicción, no soporta su verdad (sobre la cuestión de la Verdad hay mucho por profundizar, en otra ocasión lo abordaré).
Sucede también que a veces nos damos cuenta de que no queremos ver alguna verdad. En esos casos podemos hacernos cargo de ella (y hacer algo que tenga en cuenta a ese saber sobre esa verdad particular) o decidir (continuar) mintiéndonos. Introduzco en el discurso "continuar" entre paréntesis porque pienso que siempre supimos esa verdad, sólo que en un momento elegimos ignorarla (reprimirla); claro que al ignorarla lo único que hicimos fue patear la pelota para adelante, pero en una montaña nevada y hacia abajo, o sea la pelota se hará más grande y cuando nos volvamos a encontrar con ella traerá muchos más "problemas".
Difícil es establecer cuántas verdades (y qué cantidad de cada una) es uno capaz de soportar. A veces soportamos más, a veces menos. Estamos "sin brújula" en esa cuestión. No he visto yo una "brújula absoluta", una brújula que nos sirva para ver todas las verdades (que cuanto más agregadas -sumadas- están, dicha agregación se asemeja más a la Realidad). Lo único que he visto es lo que tengo, y que es esa capacidad de observar dentro de mí y ser reflexivo (introspección, mirar-se), y eso me sirve para tratar de relacionarme de una manera más madura con la verdad, claro que esto no siempre lo puedo hacer, pero eso es para hacerse otras preguntas...

Espero el retorno de ustedes ante esto...

Suerte,
Diego.