miércoles, agosto 31, 2005

Los opuestos...


Varias veces he estado en situaciones donde aparecen dos formas opuestas de resolver o entender algo. Se ha visto a lo largo del tiempo que esto siempre pasó. Así en filosofía tenemos a los empiristas y a los racionalistas, en política encontramos izquierda y derecha, en el trabajo la teoría y la práctica.
Detengámonos acá...siempre (me) han parecido irreconciliables las posiciones racionalistas y las empiristas; esto es cuestión de nuestra filosofía (la occidental), si preguntamos a alguien educado en la filosofía oriental (notemos acá, otra vez, los opuestos: occidente y oriente) ¿qué es más importante: la teoría o la práctica? nos dirían que para ellos las dos son importantes, que cada cual tiene su lugar.
Estamos acostumbrados a ver las cosas sin que puedan coexistir dos posiciones aparentemente contradictorias, en nuestro funcionamiento conciente. En nuestro funcionamiento inconciente pueden coexistir 2 o más posiciones sobre un tema en particular. Por ejemplo, una vez me pasó que un amigo me pidió que le enviara por mail unos archivos, pedido al que yo accedí, pero que no llevé a cabo sino hasta después de un tiempo, cuando me di cuenta que a pesar de mi deseo conciente de enviarle el archivo, no quería dárselo porque me parecía que él no los iba a usar, me parecía que según el discurso de él, el estudio que llevaba adelante el grupo en el que yo soy -y el era- miembro no le servían para su vida cotidiana. En la puja entre los dos deseos, ganó durante el período en que no le envié el mail, el que tenía más fuerza: el motivo inconciente. Cuando hice conciente la motivación inconciente, desapareció el "bloqueo" y pude enviarle el mail. Hubo, a mi parecer, una comunicación, un diálogo entre el inconciente y el conciente, por medio del que se llegó a una solución positiva de ese aspecto de la cuestión (finalmente le pude enviar el mail).
Otra vez los opuestos -conciente e inconciente-...parece que es regla que siempre hayan opuestos en todas las cuestiones, tiene algo de parecido a los fractales, en los que uno hace un zoom hacia adentro o hacia afuera y encuentra siempre una estructura que se repite...
Retomando el tema de la solución, si recordamos a Hegel y su dialéctica, veremos que de la "lucha" entre tesis y antítesis surge la síntesis (aclaro que Hegel utiliza otros nombres para los opuestos y su superación). En mi trabajo me he encontrado con un sistema que ha sido hecho teniendo en cuenta mayormente la práctica: el devenir del tiempo y de las necesidades de los clientes hicieron que el sistema se expandiera, y no hubo introducción de una teoría de sistemas en todo ese proceso, el sistema creció sin la ayuda de la teoría. Hoy en día, cuando estamos convirtiendo el viejo sistema -de 16 bits- a un sistema para Windows -32 bits- se ven muchas dificultades a causa de no haber tenido en cuanta (por no conocer o por otra razón) algunos elementos teóricos.
No me parece que sea tan difícil conciliar la teoría y la práctica. Me parece que es algo que se tiene que hacer de instante en instante. En el ejemplo del trabajo, se podrían haber usado elementos teóricos (reutilización, claridad al escribir el código fuente) para lograr lo que el cliente necesitaba. Claramente veo que era una situación en que para nada había contradicción...
Contradicción, los opuestos...Esta mañana venía leyendo en el colectivo a Miguel de Unamuno, su obra "Del Sentimiento Trágico de la Vida" y dice sobre las contradicciones:
¿Contradicción? ¡Ya lo creo! ¡La de mi corazón , que dice que sí, mi cabeza, que dice que no! Contradicción, naturalmente. ¿Quién no recuerda aquellas palabras del Evangelio: "Señor, creo; ayuda a mi incredulidad"? ¡Contradicción!, ¡naturalmente! Como que solo vivimos de contradicciones, y por ellas; como que la vida es tragedia, y la tragedia es perpetua lucha, sin victoria ni esperanza de ella; es contradicción.
Así que, de nuevo, como yo lo he llamado, los fractales, esa manera de desenvolverse las cosas en este universo. ¿Alguien esperaba que concluyera a favor de un opuesto? Sería poco coherente con mi manera de ver las cosas si así lo hiciera. Por lo pronto yo no sostengo ninguno, sólo sigo viviendo y tratando de aprender. "¿Y qué pasa con el Bien y el Mal?" me preguntarán algunos, otros elegirán otros opuestos para preguntar-me (o -se). Cada quien que busque la respuesta a sus opuestos, que tenga cuidado de que una patología (en su manera de ser) no sea la que le haga indagar ni la que le haga llegar a conclusiones apresuradas.
"¿Apresuradas? ¿Estás prefiriendo la lentitud antes que la prisa? ¡Elegiste un término particular de los opuestos!" me dirán algunos...los opuestos, siempre los opuestos, siempre ahí están ellos, ¿Cómo nos paramos frente a ese saber? (el saber de que los opuestos siempre están)
Es una realidad que los opuestos estén, ¿Qué hacemos entonces con esa realidad? ¿La vamos a negar? ¿La vamos a afirmar? ¿La vamos a aceptar? ¿Reconoceremos ese saber como parte del mapa que me permite comprender la realidad?

Los dejo a ustedes...
Yo, sigo.